UNAM rinde homenaje a María Luisa La China Mendoza
*Miércoles 31 de agosto, 19:00 horas, Casa del Lago Juan José Arreola
**La escritora y periodista regresa a su casa de estudios
En medio de la provincia cerrada, católica, clasista y familiar en la que creció, las letras y la lectura incansable fueron para María Luisa La China Mendoza (Guanajuato, 1930) un remanso de libertad que le provocaba cierta sensación de volar que nunca habría de abandonarla. Desde entonces, dedicó su vida a las letras: a contar historias a través del periodismo y la literatura.
La Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Coordinación de Difusión Cultural, rinde homenaje a la destacada escritora por sus más de 50 años de trayectoria con la participación de Beatriz Espejo, Enrique Mendoza Morales y Miguel Sabido; Sealtiel Alatriste será el moderador. La cita es el próximo miércoles 31 de agosto, a las 19:00 horas, en Casa del Lago Juan José Arreola.
María Luisa Mendoza Romero estudió letras españolas en la UNAM y escenografía en la Escuela de Arte Teatral del INBA. Comenzó su carrera como periodista en El Zócalo, colaboró y participó en la fundación de El Día y su memorable página cultural El Gallo Ilustrado. Ha escrito, entre otras publicaciones, para Excélsior, El Universal, Buen hogar, Cosmopolitan y Vanidades.
Las crónicas y reportajes realizados durante su estancia en Chile y la URSS en los albores de la década de 1970, se han convertido en referentes. Así, en 1984 fue merecedora del Premio Nacional de Periodismo de México, por su programa Un día, un escritor, en la televisión mexicana, y por su trayectoria profesional. “De mi periodismo vengo, a mi periodismo voy”, ha dicho, pues a esa profesión le debe conocer el mundo.
Compañera de generación literaria de Luisa Josefina Hernández, Elena Poniatowska y Amparo Dávila, es considerada una de las narradoras mexicanas más destacadas del siglo XX.
Entre novelas, ensayos, cuentos cortos y guiones cinematográficos, ha consolidado un estilo ingenioso, pleno de neologismos, provocación y juegos de palabras. Su novela Con él, conmigo, con nosotros tres mereció en 1971 el Premio Magda Donato.
La China, que recibió ese apodo de su padre cuando niña por sus inconfundibles caireles, encuentra en la escritura un acto tan natural como hacer su cama, jugar con su perro o enamorarse neciamente. Hasta llama de tú a Virginia, León, Henry, Marcel, Sor Juana, Vladimir, Antón, Gabriel…
En 2009, en una entrevista con la periodista Patricia Rosas Lopategui, contó que buena parte de su producción literaria tiene tintes autobiográficos, pues todo lo vivido le pertenece y lo escribe: es de su propiedad, a su gente no la inventa, sus amores no los garigolea.
De envidiable franqueza, tampoco ha tenido empacho en decir que no ha obtenido el Xavier Villaurrutia como una muestra de discriminación y ninguneo. Tampoco el Sor Juana Inés de la Cruz por “los mismos jurados fusiladores”.
En contraparte, para el periodista y escritor René Avilés Fabila las novelas de Mendoza no opacan sus críticas de teatro o de artes plásticas. Sin mayor dificultad, va de un género a otro la pluma de quien fuera becaria del Centro Mexicano de Escritores cuando lo dirigían Juan Rulfo, Juan José Arreola y Francisco Monterde. Por ello, Avilés Fabila se considera incapaz de analizar con la agudeza necesaria la bella e ingeniosa prosa o el periodismo juguetón de la autora.
A propósito de la reedición en 2009 del libro de cuentos Ojos de papel volando (1985), la escritora Vilma Fuentes afirmó en La Jornada: “María Luisa La China Mendoza posee en sus escritos la riqueza y el rigor del lenguaje. También esos espacios silenciosos donde caben las cosas no dichas, lo inimaginable, el secreto siempre eludible. Su escritura goza además de un sesgo particular: el contrapunto, giro de la frase que descubre un nuevo camino en un callejón sin salida, sendero oblicuo de las revelaciones más inesperadas: el barroco”.
Asimismo, tras equipararla con Marguerite Yourcenar aseguró que el erotismo en la escritura de La China es quebranto del deseo, pues se trata de “un deseo continuo, palpitante, siempre vivo porque no se consume ni se consuma”.
En una entrevista para el diario Novedades a finales de 1976, la escritora dijo a Elena Poniatowska que hubiera dado cualquier cosa por ser dueña de una antigüería. Quizá por ello, su interés por construirse un espacio entre objetos entrañables, pinturas, libros, fotografías sepia y numerosos espejos que conforman un bosque de cristal. Su casa entera, afirmaba entonces Poniatowska, podría llevarse a exponer a un museo o exhibirse sobre un escenario giratorio para que, por cada uno de sus cuatro costados, pudieran verse todos sus intersticios.
Coordinadora general del Bosque de Chapultepec de 1989 a 1999, diputada federal por el PRI en la 53 Legislatura (periodo en que apoyó el decreto de protección al Santuario de la Mariposa Monarca y el hábitat de la ballena gris en la Bahía de San Ignacio en Baja California Sur), la escritora y periodista imparte con gran vitalidad conferencias por toda la República sobre diferentes temáticas relacionadas con el ámbito de la cultura.
A propósito del vigor de la pluma y la voz de María Luisa La China Mendoza, la UNAM abre sus puertas en Casa del Lago Juan José Arreola, el próximo miércoles 31 de agosto, a las 19:00 horas, para homenajear a la escritora y periodista guanajuatense. Antiguo Bosque de Chapultepec. Primera Sección. www.casadellago.unam.mx. Entrada peatonal más cercana por puerta Acuario (Entrada al Zoológico), sobre Avenida Reforma. Estacionamiento se recomienda Auditorio Nacional o Museo Nacional de Antropología.
Homenaje a María Luisa La China Mendoza. Foto: Barry Domínguez
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