“Me interesé en la obra de Barragán desde el primer momento en que visité la Casa Luis Barragán, en 2012. Al recorrerla, mi único deseo era quedarme ahí y escribir. Su trabajo me atrapó”, relata Jill Magid, artista estadounidense que, movida por la admiración hacia el arquitecto mexicano, desarrolló un proyecto en torno al legado del premio Pritzker.