- BipoBipo / Arte de acción y Colectivo Matatena abren juntos este 2018 lleno de danza
- No son una compañía, sino dos amigos con un proyecto personal que se encuentran en el camino para colaborar y crear esta pieza
- “A veces hasta sentir felicidad te causa culpa”, dice Ana Paula Ricalde
- Felicidad clandestina se presentará el viernes 19 y sábado 20 de enero, a las 19 horas, y domingo 21, a las 18 horas, en el Salón de Danza, entrada libre
Ana Paula Ricalde (BipoBipo / Arte de acción) e Ignacio Pereda (Colectivo Matatena), ambos con proyectos personales diferentes, se encontraron en un momento de sus vidas donde “volaban bajo”. Decidieron crear algo que los identificara con ese momento preciso, experimentar la otra parte de la tristeza y es así que se gestó Felicidad Clandestina.
Esta obra se estrena el viernes 19 y sábado 20, a las 19 horas, y domingo 21, a las 18 horas, en el Salón de Danza, del Centro Cultural Universitario, la entrada es libre.
BipoBipo / Arte de acción comienza en el 2013, en Barcelona, España, por la necesidad de la bailarina y coreógrafa, Ana Paula Ricalde, de decir cosas, de colaborar con gente y descubrir los mundos de un grupo de bailarines. Ricalde, directora del proyecto, es egresada de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea ENDCC (INBA), y formó parte del primer elenco del CEPRODAC (2011-2013), además fue becaria del programa de creadores escénicos 2015-2016.
Pregunta Ricalde: “¿No te has dado cuenta que a veces uno se siente culpable de sentirse feliz, como que el mundo está un poco torcido, se cae a pedazos, las cosas tiran más a estar mal, y de pronto cuando hay pequeñas cosas que te provocan felicidad, hasta sentirte feliz te causa culpa? De eso va la pieza un poco, de estas felicidades culposas.”
Felicidad Clandestina toma su nombre del título de un poema de ClariceLispector. A ambos creadores les pareció que las dos palabras eran perfectas para definir lo que querían decir.
Colectivo Matatena tiene 4 años de existencia. Comenzó su trayectoria con la obra Fractal y después, con el apoyo del Instituto de Cultura de Baja California, Ignacio Pereda se ganó una beca y produjo Cooper querido Cooper.
“La obra ha ido tomando un color de la idiosincrasia, la forma en la que nos movemos, caminamos, comemos, la forma en la que los mexicanos somos. Finalmente, esta identidad nuestra es algo que quisimos aportar a la obra porque de repente, dentro de la danza, se imita a los europeos ¿Qué es lo que nos hace a nosotros, bailarines Mexicanos? ¿Qué es lo que nosotros, como artistas, podemos aportar? ¿Qué nos mueve y cuáles son los estímulos reales, sí, reales, que tenemos?”, se pregunta Pereda.
Ambos explican que veremos en escena a dos individuos mexicanos que comienzan a construir su día a día, llenándolo de pequeños detalles que les van permitiendo hacer su vida, veremos muchos objetos, imágenes y paisajes emocionales, es un viaje lúdico, empático y amoroso, que te pondrá de buen humor.
A decir de los creadores, esta obra es una reflexión sobre nuestro derecho a ejercer la felicidad, el cual es subjetivo y personal, pero que tiene un aire de universalidad.
-¿A ti que te hace feliz? –se preguntan.
-¿Te escondes para hacer esas cosas que te provocan felicidad?
-¿Sientes culpa por sentirte feliz en momentos, sabiendo que mayormente se percibe un aire miserable?
“En un mundo que se cae a pedazos sólo nos queda intentar ser felices –afirman-, hacer lo que nos gusta sin temor a ser juzgados, confiar en lo que somos para podernos sostener en pie y sonreír, abrazarnos más, besarnos más, decirnos algo positivo y callar, si vamos a dañar…”
La construcción de la obra fue pensada en el espectador. Más que gustar, el objetivo es conectar y lograr crear un espejo con lo que se está viendo y sintiendo, cambiar la percepción y aceptar que somos así, que somos mexicanos y que estamos hechos de otra manera, revalorándolo y enmarcándolo dentro de la obra, subrayan ambos.
Para Ricalde, el panorama para la danza contemporánea en México, este 2018, es alentador: “Hoy en día hay mucha gente joven que está generando nuevos espacios, construyendo discursos y, sobre todo, nos estamos preguntando muchas cosas que abren otros caminos, otras puertas. Mientras no dejemos de decir y cuestionar cosas debemos seguir trabajando, siendo empáticos, apoyándonos y sobre todo abrazando nuestro trabajo.”
Pereda concluye: “para mí, el objetivo es seguir nutriendo la danza contemporánea, que es un género más, sin embargo hay que seguir construyéndola todos los días. Hay grandes creadores de la danza contemporánea en México, sólo hay que estar pendientes, apoyándonos los unos a los otros.”