“Siempre he creído que desde que nacemos vamos perdiendo cosas. Nuestro cuerpo va cambiando, crecemos y seguimos transformándonos. Siempre estamos en una pérdida constante, no se detiene. Es un ciclo que no para. Perdemos amigos, amigas, familiares, mascotas, relaciones, etcétera. Hay un cambio permanente y las pérdidas son inevitables”, dice Yaroslabi Bañuelos, autora del poemario Inventario de las cosas perdidas.