Presenta Germán Castillo la obra Carreras, una lectura de la contemporaneidad
*Imágenes en alta resolución: www.difusioncultural.unam.mx/saladeprensa/
**Jueves y viernes 20:00, sábados 19:00 y domingos 18:00 horas
***Teatro Santa Catarina, hasta el 4 de julio
La contemporaneidad exige: hay que dejar de ser jodidos, acabar una carrera, tener una pareja estable, un trabajo bien pagado; ser competitivo en una sociedad global. La dinámica del consumo ha fijado las reglas: hay que correr en un mundo dividido entre exitosos y perdedores, sin puntos medios.
Ése es el planteamiento de la obra Carreras, escrita y dirigida por Germán Castillo, que se presenta en el Teatro Santa Catarina hasta el 4 de julio. Resultado del trabajo con alumnos del Seminario de actuación en la Facultad de Filosofía y Letras, narra cuatro historias de pareja que reflejan la prisa por seguir los modelos que traza la vida actual.
“Son ocho jóvenes que han cursado carreras y están comenzando su vida profesional. Tienen cierta prisa por establecerse emocionalmente con una pareja, tienen prisa por apropiarse de la vida”, explicó Castillo en entrevista. Se trata de una carrera en la que debe llegarse aunque no exista una meta ni dirección clara.
“Carrera es una palabra con muchas acepciones: la de los estudios universitarios, la carrera profesional una vez terminados éstos, el andar a las carreras en una ciudad tan grande y caótica; las carreras de béisbol, la carrera de las putas…
“Carreras habla sobre la urgencia que impone el consumismo por obtener satisfactores muchas veces impuestos, creados por el mercado, las falsas ideologías y las falsas expectativas”.
Las reglas del juego
Con prisa, ocho jóvenes corren alrededor de cuatro sillones azules que constituyen el espacio escénico. Los dirige un árbitro que funge como narrador de la obra, como mediador entre la metáfora de la carrera en el teatro y la vida.
Mientras corren, reflexionan los caminos que siguen. Cuestionan sus nociones de éxito profesional y sentimental. Todos corren. Luego de cada vuelta al escenario, una pareja de actores permanece y presenta una pieza de la historia que se va construyendo, y complicando.
La relación de dos mujeres se ve fragmentada porque una desea embarazarse y la otra conservar su poder sobre la primera. Otra pareja se separa porque ella busca alcanzar un puesto de alto mando mientras que su marido lamenta ganar menos dinero y no seguir con el doctorado. Antes leían poesía, hoy se piden sexo secamente.
Dos viejos amigos se “necesitan” en la soledad: intimidad sin compromiso, acuerdos profesionales subrepticios, contratos manipulados. Él es fotógrafo y nunca ha amado; ella, una modelo cuya vida profesional se ha terminado a los 22 años.
Cuando se fueron a vivir a casa de los padres de ella, él tuvo que dejar la escuela. Sólo quisieran salir adelante, tener una noche para ir a bailar y tener privacidad. “No siento que seas mi mujer, eres más hija y hermanita”.
El entrelazamiento de las historias pone sobre la mesa el fracaso, la posesión, la envidia, los celos de pareja y profesionales. Para Germán Castillo (Ciudad de México, 1944), “los personajes vienen de una lectura de la contemporaneidad” que sintetizó en esta pieza teatral a partir de dinámicas de improvisación en su seminario de actuación.
Carreras
El correr constante de los actores evidencia su trabajo emocional en los pequeños cuadros en que la obra se divide y las carreras que el árbitro determina.
En la primera se plantea la configuración de las parejas; en la segunda, un silbatazo marca faltas, momentos precisos en que las relaciones se fracturan por una actitud impulsiva; en la tercera, sugiere la supremacía de la casualidad, que aplasta el entramado de aspiraciones sobre el que se erige un noviazgo.
La separación está a un soplido y los nuevos encuentros a una copa. Las historias se entrelazan e inquietan al espectador con sus preguntas: ¿Y qué tal si esto no es lo que queremos? ¿Puede alguien, en su sitio, estar fuera de lugar? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera hecho las cosas de esa forma? ¿Qué se siente?, ¿cómo sabes que lo quieres?
Las respuestas son desalentadoras. El árbitro afirma que mientras el tiempo transcurre, todo se va complicando y los días se tornan difíciles de habitar. Durante 90 minutos, Carreras teje una representación de la cotidianidad.
Los personajes se encaminan al fracaso. “A su relación le entraron muy a lo idiota, ¿qué necesidad?” Hablan por teléfono y acuerdan citas en cualquier lugar, a cualquier hora: dejan espacios en silencio en los que el espectador podría depositar su propio nombre.
“Uno crece en casas jodidas con padres jodidos, hermanos jodidos y todos dicen que estudies algo que te dé seguridad, que te actualices, que seas competitivo, que te cases bien. Y cuando ya lograste eso quieres ser más chingón y, cuando estás en Japón, te das cuenta de que no eres tan chingón y no aguantas las exigencias de la soledad global: entonces te das cuenta de que al regresar está todo jodido y que te jodiste”, lamenta un personaje.
Para otros, las sentencias son más breves: “Estaba casado, pero me fui porque no sabía estar casado” o “cojas con lo que cojas, la cosa está difícil”.
De acuerdo con el también poeta y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, la carrera empieza en los niños y permanece toda la vida.
En la obra actúan Nallely Aguilar, Víctor Armando Calderón, Miguel del Castillo, Gabriela del Río, Tania Y. Mayrén, Marcos Mendoza, Luis Daniel Pérez, Elfega Sánchez y Liza Serrano.
Castillo concluye: “Todo es una consecuencia de la sociedad de consumo que obliga a los individuos a ver por sí mismos y califica de una manera muy cruel entre exitosos y perdedores, sin matices: todo el mundo quiere ser triunfador y eso es imposible: si todos fuéramos triunfadores perdería el sentido. Esta sociedad de consumo niega el matiz. Es tajante”.
Carreras se presenta en el Teatro Santa Catarina los jueves y viernes 20:00, sábados 19:00 y domingos 18:00 horas hasta el 4 de julio. Admisión $140 con descuento del 50% a estudiantes, maestros, UNAM, INAPAM, y jubilados del ISSSTE e IMSS. Jueves $30. Jardín Santa Catarina No. 10, Coyoacán.
Obra dirigida por Germán Castillo. Fotos: Fernando Camarillo.